Ok…
La
cosa estaba así: yo había huido de mi vida…intentando encontrarme a mí misma
porque…siendo sincera…ME ODIABA…y en resumen: pasé la puta noche en un motel
barato dirigido por un… ¿Hombre? ¿Mujer? Lo que sea.
Así
que… ¿Ahora qué demonios hacía?
Es
decir…ya me castigué a mí misma alejándome de todos los lujos que me hacían
frívola…y me alejé de mis seres queridos para “encontrarme a mí misma”, pero…
¿Qué carajo debía hacer para conseguirlo?
Una
cosa era decirlo…y otra hacerlo.
Por
dónde empezar…
No
estaba segura.
Ok…
¿No sería mejor irme a un año de terapia con un psicólogo? Nah, eso sería
demasiado…normal, sencillo y obvio.
Y
bueno…yo no hacía nada que fuera sencillo, yo siempre me iba por el camino
difícil, porque era el que al final del día te dejaba más lecciones.
Ahora,
estando en el centro de la habitación…no sabía qué hacer.
Siendo
honesta me resultaba tentadora la idea de regresar a mi vida de lujos y
simplemente pedir perdón a mi hermano y cuñada e ignorar mi culpa y comprar
como una lunática hasta hartarme.
Pero
no podía hacerlo…
Alguien
llamó a la puerta y por un momento dudé…nunca sabes qué clase de fenómenos
puedes encontrar aquí y después de la recepcionista…me podía esperar lo peor.
Quizá E.T. tocaba a mi puerta.
Bien…bien…exageraba.
Abrí
antes de arrepentirme…y de inmediato me arrepentí…qué quieres que te diga, la
recepcionista estaba allí, frente a mí…
Y
masticaba un chicle de la misma forma en que el ganado come pasto.
¡UUUUGH!
—Tu tiempo se acabó…o abandonas la habitación…o pagas nuevamente—avisó dándome una mirada de muerte.
Enserio,
¿Quedarme aquí? Sí, claro.
—Me voy—avisé
recogiendo mis cosas.
¿Ahora
a dónde iba?
Salí
con…la recepcionista…pisando mis talones.
—¿Dónde rayos conseguiste ese trasero, mujer? —exclamó.
Me
giré sorprendida…y asustada.
—Él mío no quedó como lo esperaba…—comenzó a quejarse dándose la vuelta y…efectivamente,
mostrándome el trasero…o mejor dicho los implantes.
WOOOOOOOU.
¿Le estaba viendo el trasero
a la mujer? ¿O a un hombre?
Había caído muy bajo.
Pero…
Ok…no tenía ninguna excusa
para eso. Estaba tratando de averiguar si era hombre o mujer.
—Mmm…yo….emmmm…—balbuceé.
—Oh, vamos, perra…tu ropa muestra que claramente puedes
pagar por un buen culo…—se
quejó
con esa voz…gruesa…y casi masculina…—dime
dónde consigo un trasero así, egoísta.
—Pero…mi trasero es…natural—dije confundida.
¿Qué
tenía mi trasero? Sí, era respingó y firme…y…oh, a quién engaño. Mi trasero era
jodidamente perfecto.
Así
que dejaría la modestia…qué les digo, la genética.
Para
mi horror…antes de saber que ocurría…esa…mujer…o lo que sea…apretaba mi trasero
en su mano. Sí…como si quisiera comprobar la validez de mis palabras.
—¡Oh, joder, aléjate de mí!
Antes
de saberlo huía despavorida…
Vamos,
estaba siendo toqueteada por una mujer…o hombre…esperaba de todo corazón que
fuera hombre…porque…no es que sea discriminadora…pero, sí…si fuera
mujer…entonces quedaría traumada de por vida.
*****
Pasé el resto del día
vagando en busca de inspiración…cuando choqué con algo.
Y ese algo resultó ser…una
chica.
—Lo siento, estaba distraída—dije tratando de sonar arrepentida…cuando en realidad lo
que quería era gritarle que alejara sus mugrosas manos de mi alcance y se
apartara como el infierno de rápido de mi camino.
Pero
eso sería pretensioso y estaba tratando de ser una nueva clase de chica.
Así
que…tenía que ser amable con la clase baja.
Ok…eso
sonó pretensioso y egocéntrico.
Pero
no era una santa…los cambios se daban de poco en poco…no de sopetón.
—Estás perdonada, ahora mueve tu culo lejos—respondió bruscamente la chica.
Ouch,
y yo tratando de ser amable, sí, claro.
Antes
de que pudiera responderle con algo igual de grosero, me interrumpió.
—Dios, que lenta eres…lo juro…las rubias son muuuuuuuuuuy
tontas.
¡¿Ahora me llamaba tonta?!
PERRA.
LOCA.
MALDITA.
DESGRACIADA.
—No me mires así…aunque eres chistosa de ver, ¿Cuál es tu
nombre, perra?
¿Perra?
¿Qué
tenía la…clase baja…con llamarse perras entre chicas?
Oh…nunca
lo entendería.
—Eva—dije
forzándome a no perder la cabeza.
“Toma
esta muestra de educación, perra” pensé viéndola fijamente.
—Eva…qué demonios haces por aquí…vestida así—señaló con asco mi ropa, mi hermosa ropa—y vagando como una sin rumbo.
Bueno…más
claro ni el agua.
Me
encogí de hombros.
—Vagando sin rumbo…y en busca de…algo—añadí insegura.
Me
miró fijamente…como si estuviera midiéndome…
—¿Un departamento? —sugirió.
—Quizá.
—Por diez dólares te ayudo a buscar uno—propuso
con un brillo en su mirada.
Bueno…qué mejor que un guía
para orientarme en los barrios bajos.
—Trato—dije
tendiéndole la mano.
Me
dio un extraño saludo de manos, chocando su mano con la mía y dándome un
puñetazo que me hiso hacer una mueca de dolor.
—Vamos, perra, ahora me tienes a mí—dijo empujándome—por cierto…yo soy Mary…y cobro por adelantado.
Bien…creo que tenía una nueva… ¿Amiga?
cuando sale el libro completo??
ResponderEliminarHola! ME ENAMORE DE DEJA DE SOFOCARME! por favor escribe la tercera parte, no sabes como la espero.....Gracias!
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