domingo, 22 de septiembre de 2013

Capítulo 1


Era simplemente… woou.

Y yo estaba actuando…torpe.

No era algo raro en mí, siempre había sido algo torpe, eso no lo podía negar.

Pero lo estaba llevando a otro extremo.

Mientras él me sostenía en sus brazos yo estaba allí…boqueando como pez.

TONTA. TONTA. TONTA.

En mi defensa, no podría haber mujer en este mundo que actuara con coherencia teniendo a semejante hombre sosteniéndola en brazos.

Y ahora él me miraba divertido.

¿Le resultaba divertida? IDIOTA.

——— Hmmm…gracias——balbuceé mientras lo empujaba lejos de mí.

Hice una mueca de dolor…JODIDA MIERDA…las costillas me dolían como el infierno.

Solo de pensarlo quería llorar. Era una estúpida.

Pero ya no más.

Basta.

Había un instinto que se había activado en mí en el momento en que Adam me golpeó como nunca lo había hecho, hasta dejarme inconsciente.

Pero no pensaría en ello.

Desde el momento en que había puesto un pie en el avión, él había quedado en el pasado.

Nadie nunca más pasaría sobre mí otra vez.

Viviría mi vida.

La viviría al máximo.

Porque si algo había aprendido en aquellos tormentosos momentos en que había creído que Adam me mataría, era que la vida era bastante corta e inesperada.

Había perdido 24 años de mi vida dejando que la gente hiciera lo que quisiera de mí. Dejando que los demás me controlaran a su gusto y observando cómo me perdía cada vez más a mí misma. Siempre compadeciéndome por ser hija de nadie. “Hija” de mis “padres” adoptivos, que para el caso bien pudieron haber adoptado un perro para completar su “imagen” de “la familia perfecta”.

Lo más triste de todo, es que al final, en este momento, donde había dado el primer paso hacia mi nueva vida…no sabía quién era.

No sabía quién era yo como persona.

No sabía qué me gustaba en realidad y qué me “gustaba” porque era lo que “debía gustarme”.

No sabía lo que era la vida.

Era patética.

Pero era el momento, el momento en que estaba tomando las riendas de mi vida, en que estaba viviendo la vida como si no hubiera un mañana, era el momento en que recuperaría mi vida.

Al demonio con los demás.

Jodidamente haría lo que quisiera, cómo quisiera y cuándo quisiera

Parpadeé regresando a la realidad.

Señor caliente me miraba preocupado e intrigado.

¿Es que era un jodido bicho raro para él o qué le ocurría?

——— Si me dejas entrar a mi asiento te lo agradecería——gruñí secamente tratando con todas las fuerzas de no mirarlo.

No fui tan fuerte.

Pero mierda, apenas estaba iniciando una “nueva yo”, la fuerza la adquiriría de poco en poco.

“Pasos de bebé” me dije pacientemente.

Tenía que dar pasos de bebé, solo así conseguiría una estable nueva vida. De poco a poco. Intentando y fallando. Recuperándome y siguiendo intentándolo hasta conseguirlo. Era un pequeño paso el haber decidido irme jodidamente lejos de Adam.

Paso a paso, me encontraría a mí misma.

Como la débil y frágil chica que era, no me contuve, miré en dirección de este adonis, viendo sus mejillas sonrojarse ante mi arrebato. Bien, yo no era la única tonta aquí.

“Aprende, nene, puedo dejarte sin palabras también,” pensé mientras lo veía y sonreía burlonamente hacia él.

Sus ojos se endurecieron y apretó su mandíbula tan fuertemente que creí por un segundo que podría hacerse daño.

Se apartó un paso de mí.

No dejándome el suficiente espacio para sentarme en mi asiento en la ventanilla sin tener que rozarlo. Mi cuerpo contra el suyo.

Solo de pensarlo.

¿Hacía calor o era yo?

Paso a paso. Recuperar el control de mí vida. Paso a paso. Nunca nadie más pasaría sobre mí.

Mordí mi labio nerviosamente ignorando el jadeo que contuvo el sexi hombre mientras pasé frente a él provocativamente, rozando ligeramente mi trasero contra él. OH SI, BABEA Y OBSERVA.

Sus ojos ardieron misteriosamente.

“El fuego no es lo único que quema…el hielo también lo hace…de una forma diferente pero con la misma  dolorosa intensidad” me recordó mi conciencia.

Por un momento pude haberlo ignorado.

Pero viendo sus ojos azules…casi sentí el hielo quemar contra mí.

Era una sensación…desconocida.

Nunca antes había sentido algo así.

Lo desestimé mientras me sentaba en el asiento y recargaba mi bolso con las pertenencias de más valor que tenía sobre mis piernas.

¿Por qué adonis no se iba de allí? Me pregunté viéndolo parado en el mismo lugar en el que había estado.

Bien.

Puede que por primera vez en la vida haya sido una provocadora, pero no podía él pensar que lo que sea que hayamos sentido en un segundo, esa…atracción… podría llevarlo a algo más. Pero, ¿Quién podía negarse a una ardiente ronda de sexo con semejante Dios del sexo? Yo no.

Aparté la vista de él.

Por un par de segundos lo conseguí. Hasta que sucumbí a la tentación y disfruté del espectáculo de verlo parado con esos pantalones de mezclilla oscura pegada a sus musculosas e interminables piernas. Wou, nunca creí que diría eso de un hombre.

Una esquina de su boca se alzó ligeramente.

El maldito estaba disfrutando de lo lindo.

Alzó el bolso de piel que aguardaba a sus pies y lo acomodó sobre el portaequipaje, haciendo que su suéter de manga larga de cachemira se alzara hasta su ombligo, exponiendo una generosa y deliciosa cantidad de piel.

Mi boca se secó.

¿Qué tanto me había perdido en estos 24 años de vida?

Un ligero camino de bello conducía hacia…

Ahora sí…

Mi boca estaba de alguna manera completamente seca…y al mismo tiempo estaba salivando incontrolablemente.

Hiso nuevamente esa ligera sonrisa, donde solo curvaba ligeramente sus labios. Y fue simplemente…alucinante.

Ese hombre era puro sexo andante.

Era… WOUU.

Se sentó en el asiento junto al mío, rozando ocasionalmente mi pierna con la suya.

Contuve el aliento, no sabía si todo aquello era al propósito…o era accidental. De la forma en que fuera, me tenía jadeando por aire.

En serio, ¿Por qué hacía calor?

Estaba siendo una tonta.

Desde ese momento saqué mi celular para concentrarme en cualquier cosa que no fuera Sr. Sexo, sentado cómodamente a mi lado.

7 llamadas perdidas.

De Adam.

¿Cómo podía alguien hacer tantas llamadas seguidas en menos de 3 minutos?

Lo dicho, Adam estaba loco.

Y yo finalmente era libre de él.

De él…y del control de mis padres.

Sabía que era cuestión de segundos para que me obligaran a apagar el celular por lo que rápidamente marqué el número de Jase.

——— ¿Estás bien? ——contestó al primer tono de llamada.

Tragué saliva.

——— Define bien——respondí.

——— ¿Qué ocurrió?

——— Tengo 7 llamadas perdidas de Adam——informé——en menos de 3 minutos.

Jase procedió a maldecir coloridamente a Adam.

——— Ese jodido loco——terminó tomando una bocanada de aire.

Sonreí con cariño al pensar en mi querido y único amigo, casi hermano, Jase.

——— Todo estará bien——dije repitiendo lo que él me había dicho cientos de veces.

——— Así es, pequeña, no dejaré que nada te pase——afirmó él.

Lo amaba tanto, era la única persona que estaba allí para mí.

——— Ten cuidado——rogué sabiendo que la mirada que me dirigía la azafata era una de advertencia.

——— Lo tendré, no te preocupes, cariño, te veo en una semana, háblame en cuanto llegues——se despidió rápidamente de mí.

Apagué el celular.

Ahora no tenía nada en que concentrarme.

Estaba la opción de dormir, cosa que no podría hacer teniendo semejante distracción junto a mí.

Éramos las únicas dos personas en esos asientos.

¿Qué demonios? Me pregunté.

Jodida suerte tenía yo.

Momentos después despegamos.

Cerré los ojos fuertemente. Odiaba esa parte de volar. Me daba vértigo.

Agarré fuertemente las manos en los reposaderos, tomando por accidente la mano del adonis. Me quedé petrificada.

O al menos lo hice hasta que su mano se separó y cubrió la mí con un ligero apretón.

——— Tranquila, todo está bien——susurró en mi oído, provocando con su aliento una ola de escalofríos que recorren cada parte de mi cuerpo.

Y antes de que pudiera apartarme estábamos comenzando a volar, y la azafata anunciaba el vuelo con destino a Inglaterra.

Me quedé quieta por unos segundos, disfrutando por una vez en la vida de una caricia inocente, sin ningún tipo de violencia o maldad. Ese adonis no sabía el gran regalo que me había hecho al ser la primera persona en consolarme, que no sea Jase, en 24 años, por el imple hecho de preocuparse sinceramente.

Esa era mi primera vez, mi primera vez que sentía que era importante para alguien, aunque fuera solo por unos segundos.

1 comentario:

  1. Parece que no soy muy experta en esto de los blogs, pero de verdad me encantaria leerlo completo, si es que esta terminado, ó seguir leyendo si es que aun lo escribes. Que debo hacer para leerlo completo? Te paso mi correo indirabgv@gmail.com. Gracias.

    ResponderEliminar